Perlas Wesleyanas | 33

Juan Wesley en sus Sermones, en sus Obras escritas, en su Diario personal y en la correspondencia de sus Cartas, nos dejó pequeñas joyas, perlas que es un disfrute recordar.

Hoy traemos a la memoria este texto:

 

 

 

«Por tanto, «Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos». El Señor te está llamando por mi boca y te exhorta a conocerte a ti mismo, espíritu caído; a conocer tu verdadero estado y condición. ¿Qué tienes,dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de ti, y no perecerás. Una gran tempestad se levanta en tu derredor, y te estás hundiendo en las profundidades de la perdición, en el océano de los juicios divinos. Si quieres escapar de esos juicios, arrójate a ellos.

Júzgate a ti mismo, para que el Señor no te juzgue.

¡Despierta! ¡Despierta! Levántate ahora mismo,no sea que bebas de la mano del Señor el cáliz de su ira.

Sacúdete y abraza al Señor, el Señor de justicia, grande para salvar. Sacúdete del polvo. Al menos, deja que los terremotos de las amenazas divinas te sacudan. Despierta y clama con el carcelero trémulo: «¿Qué debo hacer para ser salvo?»

 Y no descanses hasta creer en el Señor Jesús, conesa fe que es un don, por obra de su Espíritu».

 

[Del Sermón: «Despiértate, tú que duermes»]

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